Se habla mucho
sobre el aumento de la temperatura media del planeta, del deshielo y el cambio
climático. La cantidad de datos, a menudo, abruma, sobre todo, porque pasa el
tiempo y el proceso se acelera y cada vez hay más datos disponibles. No siempre
es fácil asimilar toda esa información. En esta avalancha de datos, de repente,
llega uno que afirma que el hielo marino antártico está aumentando. ¿Pero no
tenía que ocurrir lo contrario?
Todo tiene su
explicación. A continuación, te ofrecemos una serie de datos para aclarar la
cuestión, sobre el aumento (en ciertas épocas del año) del hielo alrededor del
continente helado y otros factores relacionados con el cambio climático.
Las aguas de la Antártida se calientan más rápido que la media global. Todo el planeta se calienta. También la Antártida. Pero el océano que rodea al continente del polo sur se ha estado calentando más rápido que el resto de los océanos del mundo desde la década de 1950, a un ritmo de 0,17 ºC, mientras que el promedio mundial ha sido de 0,1 ºC.
Las aguas de la Antártida se calientan más rápido que la media global. Todo el planeta se calienta. También la Antártida. Pero el océano que rodea al continente del polo sur se ha estado calentando más rápido que el resto de los océanos del mundo desde la década de 1950, a un ritmo de 0,17 ºC, mientras que el promedio mundial ha sido de 0,1 ºC.
A pesar del
rápido calentamiento, hay más hielo marino antártico. El 26 de septiembre de
este año 2012, el National Snow and Ice Data Center (NSIDC) de Estados Unidos,
confirmó que el hielo marino antártico alcanzó una extensión récord de 19,44
millones de kilometros cuadrados.
Los científicos
creen que el causante de dicho aumento es el viento. Las tendencias en el hielo
marino están estrechamente vinculadas a los vientos locales. En especial, se
debe a la fuerza cambiante de los vientos fríos que llevan el hielo lejos de la
costa y son capaces de congelar el agua. Un nuevo estudio señala que el agujero
de ozono del hemisferio sur también puede estar afectando al fenómeno.
La mayor parte
del hielo de la Antártida está en tierra. Se habla mucho últimamente del hielo
marino, pero la mayor parte del hielo de la Antártida es el que está en una
vasta extensión que cubre la superficie terrestre y que se extiende hasta el
océano de alrededor, que se conoce, toda ella, como capa de hielo antártica.
Por otra parte,
según las mediciones por satélite, desde 2002 la masa de la capa de hielo de la
Antártida está disminuyendo a un ritmo de 100 kilómetros cúbicos al año de
media.
En el Ártico
ocurre algo muy diferente porque la mayor parte de la región es océano. La
Antártida es una masa de tierra rodeada por el océano, mientras que el Ártico
es un océano rodeado de tierra. Por ello, los comportamientos ante y a causa
del clima son diferentes. En el Ártico, el hielo marino flotante se derrite
como resultado directo del calentamiento del agua y el viento afecta muy poco
en este caso. En septiembre de este año 2012, el hielo marino del Ártico
alcanzó su punto más bajo desde que comenzaron los registros por satélite, en
1979.
Deshielo generalizado en todo el planeta
En el resto del
mundo ocurre un deshielo general. La crecida del hielo marino antártico no
compensa la pérdida de hielo marino en el Ártico. En términos totales, el hielo
marino ha disminuido constantemente desde 1979. A eso hay que sumar que se
pierde hielo en Groenlandia y en los glaciares. Así, se puede afirmar que la
Tierra se está deshelando a pasos agigantados.
Esta pérdida
general de la cubierta de hielo provoca que la superficie de la tierra refleja
menos energía solar, lo que refuerza el calentamiento global y, por tanto, el
proceso se retroalimenta, esto es, el deshielo continuará y, probablemente, a
mayor velocidad. Todo este deshielo repercute en el nivel del mar, que aumenta,
también, de forma cada vez más acelerada.
A pesar de todos
estos datos contrastados por los científicos, pruebas evidentes de que, no sólo
existe un calentamiento global, sino que, además, se está acelerando en los
últimos tiempos, algunos medios de comunicación siguen quitando importancia a
las consecuencias del cambio climático.